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A pesar de la fuerte resistencia por parte de los Sukeritas, los megaedificios residenciales empiezan a aparecer en el paisaje de la ciudad. No obstante, a pesar de que las condiciones no son las mejores, son lo bastante buenas, con luz abundante y plantas creciendo en las terrazas. Desde luego nadie se queja después de ver las condiciones en las que viven en Nitrópolis...
«Que el dolor sea mi fuerza. Que la penitencia sea mi camino. No tendré rostro. No tendré voz. No seré nadie hasta que mi pena sea purgada y la corona de la culpa retirada de mi ceño».
Los cybermonjes de algunas órdenes han evolucionado en su camino a la iluminación, usando poderosos servidores para meditar en saturación sensitiva producida por una conexión perpetua a la red.
Oh, oh, estás viendo "los colores", tu cybercerebro está fallando y enviando señales a IAs agresivas próximas para que exploten sus vulnerabilidades. Ups.
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